Si hay un reto en el diseño arquitectónico es el elegir los materiales adecuados para cada proyecto. Es cierto que la mayoría de los materiales prefabricados ya ofrecen soluciones sorprendentemente integrales para cada idea, sin embargo, el recubrimiento de los edificios requiere algo más que los materiales que ofrecen características térmicas, estéticas y funcionales.

Los plafones son en realidad objetos decorativos que se integran a la iluminación de un espacio determinado. Pueden ser instalados en los techos para sostener, decorar o proteger una instalación de plomería o eléctrica.  

Hay plafones simples que son fabricados en formas geométricas: cuadrados o redondos, y hasta perforables. Estos son necesarios para los edificios.

Existen diferentes tipos de plafones:

Plafón corrido: Son superficies lisas, se utilizan en oficinas

Plafones desmontables: Son planchas cuadriculadas con estructuras metálicas, también llamados “falso techo”

Plafones de madera. Son plafones de eco madera, más duradera, estable, ligera y autoextinguible. Libre de ataque de plagas.

Plafones metálicos. Cuentan con infinidad de contrastes decorativos, son de fácil accesibilidad y son ideales para reparaciones.